Alta rotación de ministros de ciencia, un factor que afecta al sector

“Muy a menudo el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación es uno de los últimos en elegir a su ministro. No se considera importante”, afirma Renato Janine Ribeiro, quien fue ministro de Educación de Brasil en 2015 y actualmente preside la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC)

Los cambios constantes de ministros de Ciencia y Tecnología son un factor adicional que contribuye a darle inestabilidad a las políticas científicas y generan incertidumbre en los sectores involucrados, según especialistas latinoamericanos en gestión pública de la ciencia consultados por SciDev.Net.

Por ejemplo en Chile, en poco más de 400 días que lleva el régimen del presidente Gabriel Boric se han cambiado tres ministros de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.

El último ocurrió el 10 de marzo pasado, cuando nombró a la abogada Aisén Etcheverry, quien se desempeñaba hasta entonces como presidenta del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología y Conocimiento e Innovación, cargo que ha sido asumido por la removida ministra Silvia Díaz.

“Preocupa que cada persona que ocupa este cargo implementa nuevas medidas lo que necesariamente conlleva una gran inestabilidad en el sistema. Más aún considerando que con cada ministro o ministra se establece un diálogo, se llega a acuerdos con la comunidad científica, pero todo queda en nada al cambiar la autoridad”, comenta a SciDev.Net Cecilia Hidalgo, presidenta de la Academia de Ciencias de Chile.

Pablo Astudillo, biólogo fundador del movimiento Más Ciencia Para Chile y uno de los científicos que trabajó activamente para la creación del ministerio, considera negativo que haya una rotación tan alta de ministros en una cartera tan nueva (comenzó a operar en octubre de 2019).

“Los científicos seguimos viviendo una situación tan crítica como cuando todavía no existía un ministerio y eso me parece que es grave porque si tu objetivo es poner la ciencia al servicio del desarrollo me parece que es muy evidente que en primer lugar necesitas una ciencia que movilizar para lograr tus objetivos”, opina.

Astudillo considera que el ministerio ha tenido un foco muy disperso en distintas iniciativas: “aparece en distintas mesas liderando distintas políticas pero no se preocupa de su ámbito sectorial y, por lo tanto, esto nos lleva a un segundo problema: que se está depositando mucha expectativa en lo que puede hacer el Ministerio de Ciencia y quizás no se está aprovechando que sean los ministerios sectoriales los que aprovechen los conocimientos científicos que pueda movilizar el ministerio para sus propios objetivos”.

“Preocupa que cada persona que ocupa este cargo implementa nuevas medidas lo que necesariamente conlleva una gran inestabilidad en el sistema”.

Cecilia Hidalgo, presidenta de la Academia de Ciencias de Chile

Por su parte Andrés Couve, quien fue el primer titular de la cartera en Chile durante el gobierno de Sebastián Piñera (2019-2022), opina que “promover la ciencia y la tecnología y su rol en el desarrollo del país realmente tienen que ser política de Estado porque es un desafío de largo plazo. La investigación científica y su transferencia son transiciones que son lentas porque el conocimiento científico demora en generarse”.

“No conozco las razones por las cuales los ministros recientes han durado poco. Creo que siempre en los gobiernos, en los gabinetes hay razones para hacer cambios que generalmente son complejas, son equilibrios políticos muchas veces”, señala Couve a SciDev.Net en conversación telefónica.

Tras recordar que estos son cargos de exclusiva confianza del Presidente de la República añade que estos cambios “afectan significativamente la continuidad de una política científica. Lo que sí puedo decir es que no es lo que necesitamos”, señala Couve, quien actualmente volvió a sus labores como docente en la facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Más allá de los cambios de ministros

Y si bien el de Chile es un caso extremo, no es la excepción en Latinoamérica, donde también se han presentado casos similares en Brasil y Costa Rica en los últimos años.

Para Helena Nader, presidenta de la Academia Brasileña de Ciencias, la alta rotación ministerial influye en el sector, pero es solo una parte del problema y no solo de Brasil sino de toda la región.

En su país, desde la creación del ministerio, en 1985, han pasado por el cargo 24 ministros, un promedio de un ministro cada 1,5 años. Muy pocos titulares se mantuvieron en esa cartera por más de tres años, mientras que 18 no alcanzaron a permanecer un año. En el caso de Costa Rica, el ministerio se creó en 1990 y desde entonces han pasado por el cargo 16 ministros. El promedio en el cargo es de 2 años.

Para Nader, el verdadero problema es que más allá de la alta rotación, los científicos “todavía no estamos siendo considerados por los que están en el poder. Ellos no ven a la ciencia como algo relevante”.

“Muy a menudo el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación es uno de los últimos en elegir a su ministro. No se considera importante”, afirma Renato Janine Ribeiro, quien fue ministro de Educación de Brasil en 2015 y actualmente preside la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC).

Admite que el ser o no científico no necesariamente define si un ministro será bueno o malo, ya que ha habido políticos que han sido muy buenos ministros de ciencia.

Nader insiste en que más allá del desempeño de un ministerio lo que importa es que los representantes de la ciencia sean bien considerados y comenta que Estados Unidos no tiene un ministro de Ciencia, pero sí un asesor de alto nivel del presidente, e instituciones sólidas como la National Academy of Science o la National Academy of Engineering, con más de 1.000 empleados cada una prestando apoyo tanto al Congreso como a la Presidencia.

“Nadie piensa allá que la ciencia no es relevante, lo mismo en el Reino Unido o en la Unión Europea. Acá tenemos ministros, pero no cuentan con el apoyo necesario”, sentencia.

ScideV.net