En menos de una semana, científicos brasileños lograron recolectar más de 85.300 firmas contra un proyecto de ley del gobernador del estado de São Paulo que disminuiría drásticamente el presupuesto para ciencia e investigación.
Si se aprueba el proyecto de ley, no solo la ciencia en São Paulo sino en todo Brasil se vería perjudicada, según la comunidad científica.
El proyecto de ley fue presentado el 12 de agosto por el gobernador João Doria (del Partido Socialdemócrata, de tendencia liberal de centro izquierda) y consiste en medidas de ajuste fiscal que incluyen la extinción de fundaciones y organismos públicos, así como un aumento de los impuestos estatales, por ejemplo, sobre la propiedad de automóviles y motocicletas.
Pero lo que preocupa a los investigadores y comunidad científica es su artículo 14, que dispone que “los excedentes financieros del saldo patrimonial anual de las entidades públicas con autonomía gerencial y financiera y de las fundaciones sean transferidos al erario público” para cubrir los fondos de pensiones y jubilaciones. De hecho, los excedentes financieros son los ahorros de estas instituciones.
Si se aprueba sin cambios, el proyecto de ley recortaría para fin de año el equivalente a unos US$ 180 millones de la Universidad de São Paulo (USP), la Universidad del Estado de Campinas (UNICAMP) y la Universidad del Estado de São Paulo (UNESP), y pondrá en riesgo a la Fundación de Investigación de São Paulo (FAPESP), la fundación estatal de investigación con mayor presupuesto de Brasil, además de otras entidades del sector.
Dichas universidades se encuentran entre las más grandes del país. Investigadores de estas instituciones han participado en casi el 40 por ciento de estudios relacionados con COVID-19 en Brasil este año. Sus ingresos provienen principalmente de un impuesto sobre productos y servicios del estado, llamado ICMS, que representa el 80 por ciento de los ingresos fiscales en São Paulo. El 9,57 por ciento del ICMS va a las tres universidades.
En cuanto a la FAPESP, las universidades e instituciones de investigación de todo el estado cuentan con sus recursos para pagar los gastos materiales y mantener a los investigadores en el campo. Anualmente el estado le transfiere el uno por ciento de los ingresos del ICMS.
Una nota del consejo superior de FAPESP advierte que es un error considerar el superávit financiero como un remanente que se puede tomar.
Estos recursos se emplean en compromisos de investigación a largo plazo y son importantes para compensar la fluctuación de los ingresos debido a la variación en los ingresos fiscales cada año, explica el documento.
“De hecho, en los últimos cinco años FAPESP recibió R$ 5,7 mil millones (US$ 1 mil millones) del erario estatal y gastó un total de R$ 6,2 mil millones (US$ 1,1 mil millones). Con las reservas se pagó la diferencia”, precisa la nota.
Al ser urgente, el proyecto de ley no se discutirá en comisiones especiales en la Cámara de Representantes de São Paulo, confirmó por vía telefónica a SciDev.Net el congresista Sergio Víctor (del Partido NOVO de centro derecha), presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología del parlamento estatal.
Sin embargo, señaló que los diputados estatales tuvieron tres días para sugerir enmiendas, lapso en el cual se presentaron más de 600.
Dichas enmiendas deben revisarse y discutirse en plenaria antes de que se vote el proyecto. El gobernador Doria espera que se vote a mediados de septiembre, para poder incluir los cambios en el presupuesto estatal de 2021. “Sin embargo, debido a la complejidad de la propuesta y la variedad de temas involucrados, el gobierno tendrá dificultades para hacerlo”, señala Víctor. La votación debe realizarse antes de fin de año.
“La investigación en São Paulo está amenazada, pero los recursos se han desplomado en casi todos los estados. Minas Gerais, Río de Janeiro, Amazonas y otros, llevan mucho tiempo recortando sus fondos para la ciencia. Si el gobierno federal hace más recortes, significará una contracción presupuestaria en cascada en otros estados”.
Ildeu Moreira, Presidente de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia
“Las instituciones de investigación reciben el dinero una vez al año, pero no es así como lo gastan, dependen de los fondos de reserva para hacer frente a sus compromisos”, explicó.
A Ildeu Moreira, presidente de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia, le preocupa que la aprobación de este proyecto agregue más dificultades a una situación ya de por sí grave en la ciencia brasileña en general.
El gobierno federal está estudiando recortes presupuestarios a Capes y CNPq, las principales entidades nacionales de apoyo a la investigación en Brasil. Podrían tener recortes del 18 por ciento y 15 por ciento en 2021, respectivamente. Además, el Ministerio de Ciencia y Tecnología podría perder el 16 por ciento de su presupuesto del próximo año, advierte Moreira. El presupuesto nacional 2021 aún debe ser votado por los representantes federales en diciembre, señaló.
“La investigación en São Paulo está amenazada, pero los recursos se han desplomado en casi todos los estados. Minas Gerais, Río de Janeiro, Amazonas y otros, llevan mucho tiempo recortando sus fondos para la ciencia. Si el gobierno federal hace más recortes, significará una contracción presupuestaria en cascada en otros estados”, puntualizó.