Los países de las Américas deben tomar en cuenta a la ciencia y adoptar seriamente las recomendaciones de entidades internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) para contener la pandemia del nuevo coronavirus, señala la Asociación Interciencia, una federación de asociaciones para el avance de la ciencia en el continente.
En un manifiesto emitido el 22 de abril, firmado por comunidades científicas de los once países miembros –Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, México, Panamá y Venezuela– urge a que los gobiernos nacionales mantengan las medidas de prevención al COVID19, como el aislamiento y el distanciamiento social.
Asimismo, pide garantizar que los tests para detectar al nuevo coronavirus sean realizados masivamente.
Miguel Blesa, presidente de la Asociación Interciencia, dijo a SciDev.Net que entre las razones que hacen especialmente vulnerable la región a la pandemia, están los sistemas de salud precarizados con capacidad insuficiente para proveer soluciones, unido a la falta de líderes políticos.
“Los liderazgos políticos son cuestionados por sociedades fragmentadas políticamente e incluso con conflictos internos dentro de la administración como se vio en Brasil entre el Presidente y el Ministro de Salud, y con estallidos sociales recientes como en Bolivia, Chile, Nicaragua, Ecuador o Venezuela”, destacó.
Blesa sostuvo que la existencia de asentamientos precarios, caracterizados por el hacinamiento, la falta de recursos y la vulnerabilidad económica -como pueblos jóvenes, favelas, villas miseria- y el alto grado de informalidad en el empleo, añadido a la proliferación de información falsa en las redes sociales, conforman una conyuntura que deja a los países de la región particularmente frágiles.
Los sistemas de ciencia y tecnología de los países de la región poseen una tradición de cooperación que, según Blesa, podría usarse para el diseño de políticas regionales para optimizar la obtención y el uso de recursos sanitarios para enfrentar el pico de la pandemia, que todavía está por llegar.
Él aboga por una mirada regional que sirva de “arma contra grupos anticientíficos y sus soluciones mágicas” de medicamentos que no han tenido comprobación científica.
“Se podría coordinar la disponibilidad de recursos que deben adquirirse fuera de la región, y coordinar la producción de los que pueden producirse en la misma”, arguyó.
A su vez, Ildeu Moreira, presidente de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC) -una de las entidades firmantes del documento- enfatizó la necesidad de dar relevancia a la ciencia y la tecnología para el apoyo y la construcción de políticas públicas de nuestros países, para la educación, la salud y la economía.
En ese sentido, insistió en la necesidad de invertir recursos adecuados en los sistemas de salud pública, ciencia y tecnología.
Moreira también señaló la necesidad de que los gobiernos sigan las orientaciones de organismos internacionales y de la ciencia, como el aislamiento social y la ampliación de tests en la sociedad.
Según Moreira, los países que siguieron las medidas orientadas por autoridades médicas y científicas lograron frenar el crecimiento de la pandemia, que tiene alto nivel de contagio.
“Vivimos una crisis sanitaria, económica y política, con gobiernos que tienen posturas autoritarias y desconectadas con la salud. Es fundamental en este momento que adoptemos medidas de prevención que preserven la vida y garanticen que la economía pueda renovarse”, subrayó.
El médico chileno Nicolás Ortega, quien no fue parte de la declaración, está de acuerdo con la carta pública y lamenta que países como Chile a veces hayan actuado de forma opuesta a las recomendaciones.
Sostiene que la ciencia debe ser respetada como un derecho humano y ser parte de las constituciones de los países para no depender de los gobiernos de turno.